El amor y el odio son las pasiones que mueven el mundo. Escribir sobre ellas es mi pasión, sólo espero que leer mis palabras sea la tuya.
Clara.

lunes, 11 de junio de 2012

CHRISTMAS SUN 13


Al entrar en la habitación del hospital encontró a su madre sujetando el tazón de leche de Francisco, pues éste aún estaba demasiado débil como para desenvolverse por sí solo en la tarea. Pilar le dio un par de tiernos besos en la frente a su marido, mientras éste sorbía la leche aún muy caliente. Se miraban con dulzura. Ella cuidaría de él intentando mejorar el desvelo que había demostrado día a día desde hacía ya algo más de treinta años. La vida les había vuelto a dar una segunda oportunidad y no había hecho falta pronunciar ni una sola palabra para saber que no la desaprovecharían. Intentarían amarse aún más cada día, disfrutando minuto a minuto de la compañía del otro, complaciendo a la persona amada siempre y repitiéndose a cada momento que no podrían vivir uno sin el otro.

-Buenos días, papás. ¿Qué tal has pasado la noche? -preguntó Asun sonriendo y regalando un par de besos a cada uno.

-Hola cariño. Estoy mejor, y sólo deseo que el doctor me dé el alta médica para pasar las Navidades junto a vosotras en casa -contestó Francisco.

-Así será, papá. Ya lo verás -aseguró Asun cogiendo una de las manos de su padre acariciándola.

Asun deseaba exteriorizar todas sus emociones tras el descubrimiento del álbum en el armario de sus padres, pero no sabía cómo iniciar la conversación. Durante muchos años habían guardado silencio al respecto, pero ella ya no podía soportar más aquel mutismo sin sentido. El deseo de expresar su arrepentimiento, pedirles perdón y proclamarles su nuevo amor renovado era demasiado fuerte. E, inevitablemente, mientras todos estos pensamientos colmaban su mente rompió a llorar. Su angustia se desbordaba.

-Asun, mi amor, ¿qué te ocurre? -le preguntó Pilar con desazón.

-Mamá, un sentimiento muy grande invade mi corazón. Tengo que hablaros. Os pido que me dejéis deciros cuánto necesite, aunque sé que mis palabras no podrán reparar el dolor que os he causado durante todos estos años. Estoy muy arrepentida y… -decía Asun sin poder levantar la mirada del suelo mientras sus lágrimas se perdían al caer de su rostro.

-Cariño, ¿de qué te vas a disculpar? Somos tus padres y te queremos, Asun -dijo Pilar abrazando a su hija.

-Deja que hable, Pilar. Necesita hablarnos para tranquilizarse. Déjala que hable -afirmó Francisco extendiendo su mano, cogiendo la de Pilar y acercándola a él.

-Gracias, papá -dijo Asun aún más emocionada -durante estos años he intentado esconderme de cualquier cosa que tuviera algo que ver con mis orígenes. Y desgraciadamente y, sin que yo quisiera que fuera así, también lo hice de vosotros. Vivir en Pozuelo era una deshonra para mí, así que decidí enmascarar mi pasado y no volver a mirar atrás. Olvidaba felicitaros los cumpleaños, pasaban semanas sin que tuvierais noticias mías y nunca escribí. Lo siento, lo siento mucho de verdad. Pero cada vez se hacía más complicado para mí, cuánto más tiempo pasaba más me costaba descolgar el teléfono, mi vergüenza aumentaba día a día. Y cada día también, me arrepentía de haberos expulsado de mi vida de esta forma, sin motivo alguno. Siendo la insensatez de aquella adolescente que salió del pueblo, la única justificación. Me dejé arrastrar durante muchos años por las ansias de poder y por la fama -explicaba Asun sin dejar de llorar.

-Hija, sabemos todo lo que has conseguido gracias a tu esfuerzo y para nosotros eso es un gran motivo de orgullo -le dijo Pilar llorando, muy afectada por las palabras de su hija.

-Mamá, lo sé. He visto las revistas en el armario y por ello quiero agradeceros desde lo más profundo de mi corazón vuestro amor. Nunca entenderé cómo habéis hecho para soportar mi comportamiento de todos estos años, os admiro. ¿Cómo puedo disculparme? ¿Qué tengo que hacer? -preguntó Asun mirando a los ojos a sus padres.

-Nada, Asun. Haberte tenido a nuestro lado estos días y saber que has cambiado es más que suficiente. No tienes que hacer nada, hija. Te queremos, siempre te hemos querido -dijo Francisco muy emocionado.

-Os quiero, papás. Nunca nada nos volverá a separar. Ahora solo deseo recuperar el tiempo perdido. ¡Os quiero! -exclamó Asun mientras los tres se fundían en un entrañable abrazo.




6 comentarios:

  1. Que historia tan bonita!!
    bsos

    http://www.villarrazo.com/behindthestyling/2012/06/09/look-del-dia-the-guy-from-nyc/

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  2. Me parece una pasada cómo escribes. Bss

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  3. Me encanta que Asun le diga a sus padres esos sentimientos... parece ser que la enfermedad del padre ha hecho que se abra de esa forma, no?
    De la noche anterior entre la pareja, no hay ninguna conversación???
    Un beso muy grande
    marian.domenech.blogspot.com

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  4. Qué bonito y qué bien escribes. Leyendo esto me he acordado de lo mucho que nos cuesta a veces decir "te quiero" a nuestros padres. Al menos a mí. Lo doy por hecho y lo digo poco. Muy mal por mi parte.
    En cambio a mi hijo lo tengo frito, el pobre. Yo creo que se debe pensar que el "te quiero" es como un "hola", algo que se dice cada 2 x 3, jajaja!

    Muaaa

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  5. He andado un poco liadilla estas semanas pero ya me he puesto al día con tus posts jeje.
    La historia me encanta :D
    Un besito ^^
    http://janakitchen.blogspot.com

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  6. Q blog tan original visita mi blog para darme algun consejillo. Perritafaldera.wordpress.com

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