El amor y el odio son las pasiones que mueven el mundo. Escribir sobre ellas es mi pasión, sólo espero que leer mis palabras sea la tuya.
Clara.

miércoles, 26 de octubre de 2011

CAPÍTULO. 16

Ver a Sarah abrazada a otro hombre supuso un duro mazazo para Alfred. Sintió que se había comportado como un auténtico idiota: había tenido frente a sí  a una mujer que realmente valía la pena y, ¿qué había hecho él? Nada. Peor que nada... y ese había sido el resultado: Sarah en brazos de otro.  La rabia y los celos nublaron sus sentidos. Aquel había sido un duro día: Anya ¡esa terrible niña consentida! y para colmo ¡había perdido a Sarah! Lo mejor que podía hacer era irse a dormir. Con sorpresa advirtió que ya se encontraba frente al edificio de su  apartamento. De un portazo cerró su coche.
Sin encender la luz subió los dos tramos de escaleras hasta su apartamento. Abrió la puerta y, por primera vez en mucho tiempo, sintió que estaba solo. Nadie le esperaba. No había nadie a quien poder contar lo sucedido, nadie con quien compartir los buenos y los malos momentos...
Se sentó en el sofá y miró a su alrededor. El salón le pareció vacío, sin vida... Ningún recuerdo, ningún objeto personal... era como si no tuviera vida. Sólo Anita... Al pensar en su madre Alfred sonrió, quizá se había puesto demasiado trágico. No estaba solo: tenía a Anita. Y quizá, si se esforzaba, podría recuperar a Sarah.
Este pensamiento le animó. Decidió que tenía que dormir, quizá al día siguiente pensara con más claridad.
Se sentó en la cama y se fijó en la luz roja del contestador que tenía sobre su mesita.
¡Esa estúpida de Anya! Querría hacerse perdonar.
-¡Pues lo lleva claro! -pensó Alfred.
Estaba intrigado, no era de las que pedían perdón, se creía superior a los demás. Con una sonrisa cínica oprimió el botón, ¿por dónde saldría Anya esta vez?
La voz que oyó no era la que esperaba.
-Alfred, soy Linda y, bueno, esto no es fácil -la voz de Linda Taylor se echó a llorar.
El rostro de Alfred mutó. Se puso completamente en tensión. Aquello no era normal...
-Lo siento Alfred, no quiero que te preocupes... -la voz de Linda trataba de mostrarse más serena -es Anita.... No se encuentra bien y, en fin, estamos en el hospital y ...
Alfred no escuchó nada más, como un rayo atravesó su apartamento, bajó las escaleras y cogió el coche. Diez minutos más tarde ya estaba en el hospital.

2 comentarios:

  1. Subii el proximo capitulooo por favorr!! (me encanta Alfred!!)

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  2. por favorr quieroo otroo capitulooooo, quedo mucho suspensooo... por favor me gustaria que suban basatante seguidos los capituloss

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